jueves, 29 de mayo de 2014

Seguimos Resistiendo !!!!!



Se acabo el circo electoral ..............!!
Hoy por Hoy estamos parte de nosotras, resistiendo en una okupación sindical de CNT,  aquí en ZGZ local que lleva parado más de 4 años, pertenece al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, por lo tanto como trabajar*s queremos denunciar su abandono, pese a ser un delegación con las mejores infraestructuras de la época de las vacas gordas y las financiaciones clandestinas de todo kisky .. Infraestructuras echadas a perder, en el olvido..que tanto sudor nos han costado a tod*s l*s trabajadores y a tod*s l*s parad*s.
El sindicato de CNT, organización en el que alguna de nosotras militamos, defiende la que la recuperación del patrimonio sindical acumulado PSA, ante la negativa de Estado y sindicatos verticales,que nunca le ha otorgado, ese patrimonio, del cual disfrutan a su antojo.
Y el desalojo es inminente..Y más después de acabar con la vergüenza de las Elecciones Europeas...

Ayer mismo ....

...."De momento rechazado el Intento de desalojo del local de Andrés Gúrpide: La policía se ha presentado sin orden de desalojo, ni ningún mandato judicial. Han intentado desalojar a las bravas pero los compañer@s les han respondido que sin orden judicial no iban a salir. Hay compañeros dentro y fuera del local y la policía uniformada se ha retirado. Tranquilidad en estos momentos, tenemos al equipo legal trabajando e iremos informando. Gracias por los apoyo !!

........Por la tarde charla- debate  de Grupos de consumo autogestionados, soberanía alimentaria y productos ecológicos. 


Okupa y resiste !!
mas info:
...www.cnt.es

Contra el desalojo de Can veis !!

Mujeres Libres de ZGZ os convoca a una concentración apoyo al desalojo de Can Vies

    Un desalojo otra okupación !!




jueves, 22 de mayo de 2014

Se acercan la ""Europeas ""...Por qué defendemos la Abstención activa ??



¿Por qué “no votan” los anarquistas?

Nos hacen esta pregunta una vez más. Cada convocatoria electoral, y principalmente desde “las izquierdas”, poniéndose la venda antes de hacerse la herida, culpan al abstencionismo de la hegemonía de la derecha en la farsa electoral.
Es una pregunta que no tiene una respuesta simple. En primer lugar y frente a lo que a algunos, y no precisamente anarquistas, les gustaría, el anarquismo no es un dogma, nunca se planteó que tenía la verdad revelada en sus manos, en consecuencia ha operado siempre, a la vez que en lo social y lo cotidiano, en una labor de crítica y reflexión permanente. El preguntar por qué no votamos es equivalente a preguntar ¿cómo concibe el anarquismo la intervención política? ¿Considera el anarquismo que hay un nivel político en el que se debe actuar? ¿Las elecciones no son parte sustancial de toda práctica política?¿Ningún anarquista vota nunca?
Entendemos que, mientras el pueblo alimente, mantenga y enriquezca a los grupos privilegiados de la población mediante su trabajo, incapacitado para el auto-gobierno por verse forzado a trabajar para otros y no para sí, estará invariablemente regido y dominado por las clases explotadoras. Esto no puede remediarlo ni siquiera la constitución más democrática, porque el hecho económico es más fuerte que los derechos políticos, que carecen de significado sin igualdad económica.


Dentro de las reflexiones -que ya muchos se hacen- está el papel que juegan las elecciones en un sistema como el presente: ¿Tiene esto algo que ver con una democracia auténtica? Consideramos que es cuando menos ingenuo, pretender poner patas arriba los mecanismos del sistema, empleando para ello sus herramientas de legitimación (elecciones): todo el juego electoral cumple fines tendentes a la legitimación del sistema.
Mientras el sufragio universal se ejerza en una sociedad donde la mayoría de la población está económicamente dominada por una minoría que controla de modo exclusivo y excluyente la propiedad y el capital; por libre que pueda parecer el pueblo desde el punto de vista político (libertad política que, muchos ya lo han comprobado, se reduce a poder elegir la papeleta que metes en el sobre, ojito con ir más allá), esas elecciones sólo pueden ser ilusorias y antidemocráticas en sus resultados, que invariablemente se revelan absolutamente opuestos a las necesidades y a la verdadera voluntad de la población.
Bajo el capitalismo, la burguesía está mejor equipada que los trabajadores para hacer uso de la democracia parlamentaria. Es cierto que las clases dominantes saben mejor que el pueblo lo que quieren y lo que deben tener: el propósito que persiguen no es nuevo ni inmensamente vasto en sus fines, como acontece con el nuestro. Al contrario, es un propósito conocido y completamente determinado: la preservación de su dominio político y económico.
La falsedad del sistema representativo descansa sobre la ficción de que el Gobierno o y las Cortes o Parlamento surgidos de elecciones deben representar la voluntad del pueblo, o al menos de que pueden hacerlo. El pueblo quiere instintiva y necesariamente dos cosas: la mayor prosperidad material posible dadas las circunstancias, y la mayor libertad para sus vidas, libertad de movimiento y libertad de acción.
¿Cómo puede el pueblo controlar los actos políticos de sus representantes? ¿No es evidente que el control ejercido en apariencia por los electores sobre sus representantes es, en realidad, una pura ficción?
Abismo entre quienes gobiernan y quienes son gobernados: las finalidades de quienes gobiernan —de quienes elaboran las leyes del país y ejercitan el poder ejecutivo— se oponen diametralmente a las aspiraciones populares debido a la posición excepcional de los gobernantes y de la clase política en general: sean cuales fueren sus sentimientos e intenciones democráticas, sólo pueden considerar esta sociedad desde la elevada posición en la cual se encuentran. La posesión del poder induce a un cambio de perspectiva.Tal ha sido la eterna historia del poder político desde el momento mismo de establecerse en este mundo. Esto explica también por qué y cómo hombres demócratas y rebeldes de la variedad más roja, se hicieron extremadamente conservadores cuando llegaron al poder. Por lo general, estos retrocesos suelen atribuirse a la traición. Pero es una idea errónea; en su caso, la causa dominante es el cambio de posición y perspectiva.
Puesto que el Estado político no tiene otra misión que la de proteger la explotación del trabajo por parte de las clases económicamente privilegiadas, el poder de los Estados sólo está destinado a oponerse a la libertad del pueblo. Quien dice Estado dice dominación, y toda dominación supone la existencia de masas dominadas. Por consiguiente, el Estado no puede tener confianza en la acción espontánea y en el movimiento libre de las masas, cuyos intereses más queridos militan contra su existencia. Es su enemigo natural, su invariable opresor, y aunque tiene buen cuidado de no confesarlo abiertamente, tiende a actuar siempre en esta dirección. Por democrático que pueda ser en su forma, ningún Estado puede proporcionar al pueblo lo que necesita, es decir, la libre organización de sus propios intereses de abajo arriba, sin interferencia, tutela o violencia de los estratos superiores. Porque todo Estado, hasta el más republicano y democrático es esencialmente una máquina para gobernar a las masas desde arriba, a través de una minoría privilegiada, que supuestamente conoce los verdaderos intereses del pueblo mejor que el propio pueblo.
De este modo, incapaces de satisfacer las exigencias del pueblo o de suprimir la pasión popular, las clases poseedoras y gobernantes sólo tienen un medio a su disposición: la violencia estatal, en una palabra, el Estado, porque el Estado implica violencia, un gobierno basado sobre una violencia disfrazada o, en caso necesario, abierta y sin ceremonias.
La producción capitalista y la especulación financiera se llevan muy bien con la llamada democracia representativa; porque esta forma moderna del Estado, basada sobre una supuesta voluntad y soberanía popular, supuestamente expresada por los representantes en los parlamentos, unifica en sí las dos condiciones necesarias para la prosperidad de la economía capitalista: sometimiento efectivo del pueblo a la minoría que teóricamente le representa e identificación con los valores “sociales”.
Los anarquistas hemos votado en muchos lugares e instancias: sindicatos, cooperativas, centros sociales y populares, asambleas. El problema no es el voto ni la democracia. La cuestión es a qué mecanismo pertenece tal voto y de qué democracia hablamos.
En estas circunstancias, cuando la agresión ideológica del sistema es alta, cuando los medios de comunicación son la única fábrica de opinión, cuando coordinarse y movilizarse se criminaliza y reprime, cuando la miseria de las poblaciones crece… hay una búsqueda -en la que está mucha gente- de herramientas que permitan la lucha. En esa búsqueda queremos estar. No es tanto el votar o no votar, sino qué hacemos entre convocatoria y convocatoria electoral y en qué condiciones nos “enfrentamos” a las mismas.

Fuente: Apoyo-Mutuo.org
Publicado por 

las-grandes-olvidadas-mujeres-libres-y-el-anarcofeminismo

Mujeres Libres fue movimiento emancipatorio de mujeres anarquistas que surge en 1936 en el seno del movimiento libertario español


Vanessa Gómez Bernal

Antropóloga

Algo frustrante, que de alguna manera se ha extendido en algunos ámbitos de las corrientes “revolucionarias”, es la reducción del análisis de la desigualdad y opresión de género a únicamente la cuestión de clase, y la conceptualización del feminismo como una teoría liberal y un movimiento exclusivamente burgués. Este tipo de cuestiones ha generado históricamente fracturas, invisibilización y desprestigio del feminismo como un movimiento de cambio social. Lo cual ha contribuido a que haya tenido que existir permanentemente eso que algunas feministas de diferentes ámbitos ideológicos han llamado “la doble militancia” ante la continua ausencia de implicación en cuestiones claves para la opresión de las mujeres. Obviar la dominación de género es un error flagrante y escandaloso para entender el capitalismo de nuestros días y las desigualdades estructurales que genera. Algo especialmente complejo que se ha encargado de analizar las teorías feministas y que necesita de una profundización en las interseccionalidades de las opresiones de clase, género, etnia, identidad sexual, discapacidad… Esto también ha llevado a que en diferentes movimientos sociales y corrientes políticas supuestamente “igualitarias” se haya reproducido muchas veces el androcentrismo y el machismo más clásico. Por ello me parece importante seguir visibilizando y haciendo memoria con respecto a experiencias pioneras que dieron un golpe fuerte y cuestionaron estas condiciones desde sus ámbitos más cercanos. Consciente de la multitud de colectivos de mujeres que tuvieron (y que tienen) que hacer frente a estas cuestiones en dichos espacios de activismo y militancia, aquí hago una breve mención a Mujeres Libres por ser un momento especialmente oportuno para visibilizar los aportes y las influencias de esta corriente, ahora que nos van dejando las protagonistas y que seguramente se llevan con ellas una memoria difícil de rescatar.

El legado de la primera experiencia Anarcofeminista en España

Mujeres Libres fue movimiento emancipatorio de mujeres anarquistas que surge en 1936 en el seno del movimiento libertario español. Una de las aportaciones más significativas proviene de cómo Mujeres Libres concebía al ser humano y a la sociedad (una concepción proveniente de la propia filosofía anarquista). Las concepciones de los más importantes pensadores occidentales que dominaban el conocimiento daban por supuesto que el orden social necesita de liderazgo jerárquico y, particularmente, de una autoridad política capaz de guiar a la población. También este pensamiento dominante se basaba en que la vida social, especialmente en una sociedad compleja, no podría existir sin estructuras de autoridad con un poder coercitivo para imponerlas. Frente a esto, y en líneas muy generales, el anarquismo sostiene que las jerarquías formales no sólo son dañinas sino innecesarias, existiendo modos alternativos, horizontales y más igualitarios de organizar la vida social, y sobre todo que, como indica la historiadora anarquista Martha Ackelsberg: “la naturaleza humana es una construcción social, el modo que tenemos las personas de comportarnos es más un producto de las instituciones en la que hemos crecido que el producto de una naturaleza inherente” (2001: 49). En esta línea, debemos de señalar que a partir de las dimensiones del poder, la dominación y la capacitación el anarquismo desarrolló una concepción de la naturaleza del poder y la jerarquía en la sociedad que difería notablemente tanto de los postulados marxistas como de los liberales, corroborando asimismo el interés de las teorías feministas contemporáneas por la interacción entre las jerarquías de género, “raza”, clase social, capacidad, etc. Al reconocer ese carácter multidimensional e interseccional de la subordinación, la experiencia de Mujeres Libres representa una contribución al feminismo contemporáneo que lucha por desarrollar una concepción de la subordinación y la capacitación de las mujeres que atienda a las diferencias de etnicidad, clase, sexualidad, capacidades, etc. Al situar la identidad individual dentro de la comunidad y reconocer las estructuras jerárquicas de poder como límites al desarrollo, tanto de las comunidades como de los individuos que la constituyen, Mujeres Libres intentó desarrollar estrategias de capacitación que permitieran a las mujeres y a los hombres tomar conciencia de sus propias capacidades.

La historia de Mujeres Libres es, en muchos sentidos, la historia de un intento de construir un movimiento que incorporase al menos un grupo de diferencias (traducidas en desigualdades), las que están basadas en el género. Durante este proceso, empujaron la teoría y las prácticas anarquistas a profundos cambios y a nuevas direcciones, a la vez, que aportaron importantes desafíos para la actualidad del feminismo. Mujeres Libres nació para luchar contra las diferencias de género entre mujeres y hombres dentro del propio movimiento libertario más que dentro de las distintas clases sociales entre mujeres. No obstante, las luchas que llevaron a cabo (a pesar de su corta duración por el comienzo de la Guerra Civil en 1939 y la aplastante Dictadura franquista), son una aportación muy instructiva. Subrayando especialmente que estas no se definían como “feministas” ya que el tono peyorativo hacia este concepto derivaba del feminismo que se conocía en España hasta el momento como un movimiento exclusivamente burgués, que no se ocupaba de la subordinación y de la miseria que vivían las mujeres obreras. Las mujeres que fundaron Mujeres Libres estaban firmemente comprometidas con las metas del movimiento libertario e insertas en sus organizaciones y colectivos. Sin embargo, simultáneamente, sentían que algo les faltaba a las mujeres; ser conscientes de que en las estructuras organizativas que le ofrecían las propias organizaciones libertarias no se les trataba con plena integración e igualdad por lo que, tanto para sí mismas como para el movimiento en sí, una organización dedicada a la emancipación de las mujeres era esencial en ese contexto.

La consideración de la dimensión política de la vida privada y las cuestiones sexuales, así como, la defensa de la contracepción y el control de la natalidad que propugnaban estas mujeres, pueden identificarse como anticipación de la política sexual feminista de la década de los 60/70 (y con ello, también, con la irrupción en la sociedad en general, y del ámbito científico social en particular, de la transversalidad de la perspectiva de género).

En definitiva, las actividades de Mujeres Libres para algunas de las cuestiones centrales a las que se enfrentan el movimiento feminista hoy y diferentes movimientos sociales contemporáneos como, por ejemplo, las cuestiones de la capacitación, la incorporación de la diversidad y el significado y la naturaleza de la participación política y social, tienen mucho que enseñarnos sobre la concienciación, la organización colectiva, la relación entre los individuos y las comunidades y sobre el significado de la diferencia en la sociedad actual. Esperamos que Amparo Poch, Lucía Sánchez Saornil, Mercedes Comaposada, Conchita Liaño, Sara Berenguer, Dolores Prat, Suceso Portales, entre muchas otras, no sean invisibilizadas en el sesgo de la historia del movimiento obrero y de un pionero movimiento feminista español.